Por Manuel Ramos
MSFS, AEP, CHFC, LUTCF, CFS, CES, CIS
Economista, Analista y Gestor de Inversiones
Los elementos de la tormenta perfecta contra la economía son el desempleo, el Covid-19, un virus que no se puede controlar, las crecientes tensiones con China y la disminución del consumo. 1.4 millones de personas accedieron al subsidio por desempleo y se suman a los más de 52 millones de personas en los Estados Unidos. Se había estimado que llegaría a los 70 millones y no estamos muy lejos si sumamos a los 15 millones de indocumentados es posible que alcancemos los 80 millones. Además, recordemos que la economía está siendo inflada a través de la inyección de más papel moneda y esto definitivamente tendrá repercusiones en el futuro.
En tal ambiente de incertidumbre, compuesto por diversos elementos a lo largo del tiempo, debemos recordar que en la economía personal siempre debe tenerse en cuenta la planeación financiera, pues hay en ella, además del ahorro y la inversión, dos pilares fundamentales. El primero de ellos es el seguro de vida, es la forma más rápida de crear riqueza. El segundo es proteger ese patrimonio que la vida productiva creó y se logra a través de los fideicomisos.
Muchas personas han fallecido recientemente a causa de esta pandemia y los deudos están recibiendo capitales, subvencionado cientos de miles de dólares y no saben cómo administrarlos porque no tienen o simplemente no dejaron un fidecomiso. Los nombraron solamente como beneficiarios, pero se requiere de nuevo de la asesoría profesional, por eso es fundamental saber cómo vamos a invertir en los mercados financieros lo que se recibe de una póliza de seguro.
Los objetivos que deben alcanzarse en cada decisión financiera que se toma para confrontar los estragos de esta tormenta perfecta y lo que se avecina son: preservar el capital, mantenerse con el nivel de inflación, cómo generar ingresos mensuales o el crecimiento del capital.
Aprenda más sobre la tormenta perfecta junto al panel de expertos de Todo en Finanzas. Seguro que encontrará un horizonte despejado después de esta lluvia de ideas.
