Por Manuel Ramos
MSFS, AEP, CHFC, LUTCF, CFS, CES, CIS
Economista, Analista y Gestor de Inversiones
La corte testamentaria es el organismo que lleva adelante los juicios sucesorios. Se trata de un procedimiento de legalización del testamento en el que un tribunal verifica la identificación de la propiedad o bien del fallecido y el pago de deudas en caso de que estas existan.
A su vez, se identifica a los herederos y se establece la distribución de la propiedad con el fin de evitar una posterior desigualdad que redunde en grandes conflictos.
Todo el trabajo suele ser realizado por un representante personal del difunto –por lo general, un familiar o amigo- junto con un abogado, contador y perito.
El mejor modo de evitar la corte testamentaria
Cuando una persona fallece sin haber dejado testamento se dice que está intestada. Sin embargo, es el estado el que se hace cargo de todas las decisiones del patrimonio, por lo que es muy importante evitar el juicio en la corte testamentaria.
De hecho, el juez del tribunal es el que decide el paradero de sus hijos menores de 18 años, por lo que no quedar sometido a este juicio resulta aún más esencial en estos casos.
Así, el mejor modo de evitar la corte testamentaria con el juicio y los respectivos trámites y posibles consecuencias es redactando un fideicomiso en vida. Esto le permite a la víctima determinar con claridad -y sin que luego puedan aplicarse cambios repentinos- quiénes se quedan con sus bienes y cuánto porcentaje percibirán del total en caso de compartirse.
Cabe destacar que los familiares y beneficiarios de quienes han realizado un fideicomiso unos meses o años antes de su fallecimiento no han padecido inconvenientes con la corte testamentaria. Tampoco con otros organismos tanto en el corto como en el mediano y largo plazo.