Crisis fiscal

Por Guillermo Descalzi

Escritor, Periodista y Antropólogo

Primero una aclaración: No hay nada malo en que intenten utilizar su influencia para promover sus objetivos políticos de recortar el gasto público. Se preocupan por la siempre creciente deuda nacional, que ha superado los 31 billones de dólares. Pero ¿están eligiendo el vehículo adecuado para esta batalla poniendo en peligro los planes de pensiones invertidos en el mercado financiero, y, esto es lo más importante: poniendo también en peligro la hegemonía del dólar como la moneda mundial?

Estamos cerca de una crisis económica de nuestra propia creación

La naturaleza absolutista de la extrema derecha parece ignorar el peligro para el país en caso de llegar, como ellos sugieren, de obligar la insolvencia del Estado, a no ser que la Casa Blanca acepte lo que ellos quieren. A la extrema derecha y al speaker McCarthy les parece que esta es una actitud “razonable”. A los demás les parece que sugerir la insolvencia del Estado es una locura. La extrema derecha podría buscar un compromiso en lugar de una confrontación, pero lo impide su pureza ideológica, una pureza que los lleva incluso a irrespetar la división de poderes establecida en la Constitución. Su accionar es, en buena cuenta, una falta de respeto a la Constitución del país.

El llamado “Freedom Caucus” se enfrenta a acusaciones de hipocresía. No tuvo reparos en elevar la deuda y emitir la explosión del déficit cuando Donald Trump era presidente. Trump dijo claramente, y está en un video, data de sus días en la Casa Blanca diciendo que no podía creer que alguien usara el techo de deuda como una “palanca de negociación”. Bueno, eso es precisamente, lo que están haciendo los republicanos en la Cámara de Representantes el día de hoy.

La extrema derecha se convierte notoriamente en halcones fiscales cuando los demócratas están en el poder, pero mira al otro lado cuando uno de los suyos está en la Casa Blanca. McCarthy le echa la culpa a Biden, por su “Intransigencia” a negociar sobre lo que es, en el fondo, el pago de la gigantesca deuda americana. ¿No será que los intransigentes son ellos, los de la extrema derecha, y el liderazgo republicano que le agacha la cabeza? El efecto de dejar, o incluso tan sólo amenazar con dejar impaga la deuda americana, puede desencadenarse incluso antes de que el país se precipite por el precipicio fiscal. La posición de McCarthy es insostenible, pero parece que le tiene más miedo a su extrema derecha que a los probables efectos de su terquedad.

Sin exagerar, la deuda estadounidense es una bomba que detonará a menos que la Cámara de Representantes, “su” cámara de representantes, tome medidas serias para evitar la quiebra del gobierno americano. Yo pronostico que se van a arrepentir de lo que están haciendo. Los anteriores enfrentamientos fiscales entre congresos controlados por el Partido Republicano y presidentes demócratas a menudo han salido generalmente mal para los republicanos.

McCarthy está volteando la tortilla en el sartén que controla, la Cámara de Representantes, y en vez de ver la obstinación de los suyos, lo que hace es presentar a Biden como el obstinado al negarse a negociar concesiones para elevar el techo de la deuda. La Casa Blanca se mantiene firme en su postura de que el pago de la deuda no es el lugar sobre el cual negociar el gasto público, sino que ese lugar está más bien en el presupuesto del país, que los republicanos aún no han presentado.

En pocas palabras: lo que está en juego es la buena fe y el crédito del gobierno estadounidense y el lugar de los Estados Unidos como el bastión financiero del mundo entero. McCarthy se encuentra en un aprieto porque es el Congreso, y no el presidente, el que tiene la potestad de elevar el límite del endeudamiento público, pero es difícil ver cómo McCarthy puede salir de este problema, su discurso no hace más que reforzar la impresión de que la crisis política sobre el techo de la deuda está llegando a su punto crítico.

El Tesoro americano dice que en mayo se acabará el dinero del gobierno para solventar todas sus actividades, y se tendrá entonces que empezar los pagos del gobierno a sus empleados, a las fuerzas armadas, a sus programas públicos, etc. Y mayo está a la vuelta de la esquina. Como dijo el lunes el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, de Nueva York: Fue hasta Wall Street y no nos dio más detalles, ni hechos, ni información nueva, y seré franco: si el presidente McCarthy sigue en esta dirección, nos dirigimos al impago”.

Uno de los primeros efectos de esto será una caída dramática de los mercados financieros del país. La extrema derecha está jugando con el mismísimo capitalismo que dice defender. Es como el marido que le pega a su mujer y le dice “te pego porque te quiero”.

Señores de la ultraderecha en el “Freedom Caucus”, no nos quieran tanto por favor.

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