El estado de la des-unión

Por Guillermo Descalzi

Escritor, Periodista y Antropólogo

Recuerdo cuando se hablaba de una oposición leal, leal al país, leal a la Unión y a las instituciones, leal a la verdad y el honor. Eso hoy parece historia de otro planeta. El mensaje del presidente sobre el estado de la Unión mostró a la oposición como lo contrario a leal, y es que hay una nueva “normalidad” en el Congreso, o, más correctamente, en la Cámara de Representantes, en lo que se puede calificar de una oposición desleal que dio rienda suelta a gritos, carcajadas y burlas en contravención a las reglas de comportamiento que regían.

Se escucharon gritos de Liar, Liar, mentiroso, mentiroso y más, y nadie, notablemente el congresista Kevin McCarthy, el nuevo líder de la mayoría, hizo nada por detenerlo. ¿Es esta la Nueva Normalidad en la Cámara? Antes era la izquierda demócrata a la que se tildaba de revoltosa. Ahora es la ultraderecha.

Es posible que así sea, pero es una nueva normalidad en la que el presidente mantiene el poder de enmarcar el debate, y aprovechó la falta de decoro y dignidad dándole un nuevo giro al ritual del mensaje sobre el estado de la Unión.

La ultraderecha se puso en la mira a través de su extraordinaria grosería, abucheo, burla, gruñidos y risitas en un adelanto en prime time de lo que se puede esperar. ¡Quién lo iba a creer, que hoy el Demócrata fuese a ser el partido del decoro y la decencia y el otro el de la falta de compostura!

La falta de compostura le dio un gran interés al discurso, lo hizo más efectivo en términos teatrales, su abucheo le dio vida.  Biden dedicó gran parte del discurso a proclamar que la economía va mejor de lo que sus críticos admiten. Se sumergió en detalles sobre las leyes que ha firmado, y prometió aún más empleos, buena remuneración y una economía favorable al consumidor.

Fue, en otras palabras, aburrido hasta que empezaron a abuchearlo, y de pronto se convirtió en una velada entretenida. Al menos Biden se divirtió ante quienes le abucheaban, acusando a “algunos de mis amigos republicanos” de querer “acabar con el Seguro Social y Medicare” en una propuesta del senador Rick Scott de Florida.

Los republicanos se niegan a elevar el límite de la deuda nacional a menos que Biden acepte recortes profundos en el gasto. “No vamos a dejar que nos amenacen con no pagar la deuda“, dijo, y recordó que los republicanos aumentaron el límite de la deuda tres veces sin condición alguna cuando Trump era presidente… esto mientras continuaban las protestas sonoras.

Biden devolvió la andanada cuando le dijeron ¡mentiroso! sobre el Medicare y Social Security, y les dijo, “…amigos, parece que todos estamos de acuerdo que la Seguridad Social y Medicare están fuera de la discusión, ¿verdad? ¿De acuerdo? Pues tenemos unanimidad”. Su discurso será recordado no por los detalles que aportó sino por la vida que el abucheo le infundió.

Más allá de amenizar la velada, el bullicio fue un recordatorio del poder que la presidencia les da a sus ocupantes para definir el centro político. Sería fácil de olvidar después de años en los que Donald Trump practicó su política de desprecio indiferente a quienes se le oponían, pero Biden les hizo caso y les volteo la tortilla, presentándose como un realista con sentido común.

Biden también demostró que no es tan difícil unir las facciones de su partido, y el abucheo prácticamente garantiza un mal clima para la ultraderecha en las elecciones venideras. En contraste, Biden felicitó al nuevo presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, diciendo que: “no quiero arruinar su reputación, pero estoy deseando trabajar con usted.”

What's your reaction?
Happy0
Lol0
Wow0
Wtf0
Sad0
Angry0
Rip0

Deja un comentario

×

Powered by WhatsApp Chat

× ¡Contactanos!
A %d blogueros les gusta esto: