Por Guillermo Descalzi
Escritor, Periodista y Antropólogo
China construye la Nueva Ruta de la Seda y se dispone a ser el nuevo gigante comercial del mundo, en producción y también en la cadena de suministros. Este plan contempla desplazar a Estados Unidos como gigante de la economía mundial a través de la inversión en infraestructuras y préstamos baratos alrededor del mundo… y se está llevando a cabo a gran velocidad, sin secreto alguno, a la vista de todos. Pretende iniciar una “era de globalización china” y llegar directamente por medios chinos a la población mundial.
Los gobiernos occidentales son cautelosos al corredor comercial, considerándolo diseñado para promover la influencia de China a nivel mundial, y existe la cuasi certeza de que su verdadera intención sea geopolítica, pero… no va a ser tan fácil: la China, con su inmensa riqueza y capital humano, ya enfrenta los primeros grandes problemas en sus ambiciones.
Mientras algunos países occidentales, notablemente Estados Unidos, retroceden y levantan “muros”, China se esfuerza por construir puentes, tanto literales como metafóricos. Esos puentes son la clave de la estrategia.
¿Por qué lo hace?
La nueva ruta comercial a Europa podría reforzar su conquista económica a los países más pobres de la ruta y sus regiones fronterizas. El estatus de superpotencia de Estados Unidos se basa en el manto de seguridad que ofrece a sus aliados. Geopolíticamente, para China la garantía de seguridad es demasiado cara. En su lugar, ofrece su tesoro industrial y enorme peso comercial que se está convirtiendo en el motor de la economía mundial. Pero lo que se escucha decir en Beijing es que La Nueva Ruta de la Seda “no es ni será nunca un neocolonialismo furtivo”… aunque todo parece indicar lo contrario.
China, para empezar, se ha convertido en el mecenas de Rusia, la ha empezado a patrocinar y así también la controlará. La guerra en Ucrania le ha dado oportunidad de hacerlo. Las empresas chinas están detrás de varios proyectos energéticos, como oleoductos y gasoductos entre China y Rusia. También están en marcha proyectos de carreteras e infraestructuras en Etiopía. Hasta aquí la seda…
Ahora al trapo
La “era” de Xi Jinping enfrenta su primera gran crisis económica. China replica la crisis inmobiliaria de los Estados Unidos de 2008. ¿Será la gota que colme el vaso de la economía mundial? El “Dragón” chino querrá ser sigiloso, pero está entrando a un mundo problemático y es muy probable que vaya a sacudir a la economía de todo el planeta, como toro suelto en una tienda de cristalería, y nadie puede prever la magnitud del daño.
Los problemas inmobiliarios han sido noticia desde el año pasado, pero el mundo está ocupado con la guerra entre Rusia y Ucrania y la inflación mundial. Hasta ahora los economistas se han preocupado sobre todo de una recesión en los Estados Unidos y la China podría dar una desagradable sorpresa porque los problemas de su economía van en aumento.
Después de todo, es una economía dirigida por el gobierno y siempre ha habido un límite al manejo y dirección que el Estado pueda darle, pero esta es una lección aún por aprender en el Comutalismo chino, su economía se contrajo un 6,8% en el primer trimestre de 2022.
Evergrande, un grande problema
La deuda total de China está a punto de estallar, sumando 264% de su PIB y el país está enfrentando su primera gran crisis capitalista o comutalista, o como quieran llamar a su modelo económico de capitalismo comunista. Los gobiernos locales están en quiebra, tienen un inmenso déficit y un endeudamiento de billones de dólares, con pagos de bonos y préstamos pendientes para los que no tienen dinero.
El año pasado, Evergrande, la mayor inmobiliaria de China, dejó de pagar sus bonos con una deuda de casi 300,000 millones de dólares. El sector inmobiliario hunde a todo el país quitándole más de 25% a su Producto Interno Bruto. En el primer trimestre de 2022 los inversores extranjeros hicieron la retirada récord de 43,000 millones de dólares y, con su política de “Cero COVID”, causa mayor de los cuellos de botella en la cadena de suministros, la economía china se contrae, con riesgo de una mayor fuga de capitales. Aparte, los propietarios de viviendas se han negado a pagar sus hipotecas en 91 ciudades.
China, en los últimos años de su primer siglo comunista, creó una economía estructuralmente desequilibrada con una gran exposición inmobiliaria ahora el 78% de la riqueza de los hogares está en forma de bienes inmuebles. Pero, con los propietarios de viviendas negándose a pagar sus hipotecarias, el gobierno de Beijing no sabe cómo contener esto.
Welcome to the big leagues, my friend!!
La exposición bancaria al sector inmobiliario asciende a 9.2 trillones de dólares. La deuda impaga de compradores y promotores de viviendas a la banca en China probablemente tendrá impacto global.
Desde hace un par de meses, los bancos rurales en la provincia de Henan congelaron los depósitos del público. Sorprendentemente, el Banco de China declaró estos depósitos como “productos de inversión” y no pueden ser retirados. ¿Cierre de puertas bancarias? Eso parece.
China se comporta como una economía comunista clásica, en la que nadie es dueño de nada y todo pertenece al Estado. El Ejército Popular de Liberación (EPL) desplegó tanques en las calles para mantener alejadas a las personas cuyos depósitos fueron congelados. Los militares y la policía protegen a los bancos contra los ciudadanos, que ahora corren el riesgo de perder los ahorros de su vida.
Sin embargo, más importante es la quiebra de los gobiernos locales, ya que el sector inmobiliario, es decir, la venta de derechos de uso del suelo era su principal fuente de ingresos. El gobierno central no está en condiciones de ayudar y la deuda china está sobre un barril de pólvora.
China reparte préstamos, pero su propia economía se tambalea y tiene un largo camino por recorrer a pesar de estar proyectada como la próxima mayor superpotencia mundial, lo que ya ha hecho notablemente bien para convertirse en la segunda economía más grande y con una formidable presencia global. Sin embargo, la economía global tiene profundos problemas de confianza con Pekín, y estos se están agravando.
Los empresarios chinos también se están desilusionando con el régimen comunista. Muchos millonarios tienen prisa por abandonar el país. El gobierno de Xi Jinping está apuntando a los empresarios capitalistas y parece que hay una creciente confusión sobre su ideología política: ¿debe China trabajar para convertirse en la potencia económica número uno o volver a sus prácticas comunistas más duras? La demografía tampoco favorece a China, ya que disminuye su población económicamente activa. En los próximos 15 años, 45% de la población china tendrá más de 60 años, así el gasto público aumentará masivamente para atender a una población que envejece.
Bancos en apuros, colapso inmobiliario, interrupciones de la oferta y fuga de capitales, aumento del déficit en cuenta corriente y fiscal, indignación pública a nivel nacional y gobiernos locales en quiebra, parece que la historia del crecimiento continuo en la China se ha interrumpido por el momento.
¿Dará China el golpe de gracia a la economía global actual? Es de esperar que muestre tasas de crecimiento inferiores a la media en los próximos años. No se conoce la magnitud exacta de la tensión financiera y política en China, pero es evidente que está a punto de dar un duro golpe a una economía mundial que probablemente se sumerja en una larga recesión, ya que las seis principales economías, excluida la India, representan el 60% de la economía mundial, que asciende a 100 billones de trillones de dólares.
Si China también entra en un crecimiento plano o negativo, las cosas parecen sombrías. Además, muchos países enfrentan graves crisis de deuda, que probablemente empeorarán con la subida de los tipos de interés y la fortaleza del dólar.
Un último peligro
Históricamente, es común que los grandes problemas económicos se resuelvan con una guerra. Es posible que China quiera resolver esto con una acción militar sobre Taiwán. La visita de Nancy Pelosi a la isla puso en guardia al Dragón, que comenzó a sobrevolar la antes respetada línea media del Estrecho de Taiwán sin demora, luego de la respuesta de Xi Jinping a la administración Biden: “si juegan con fuego, serán consumidos por él”.
Las primeras reacciones han sido, además del bloqueo temporal a la isla y ejercicios militares que traspasan la antes respetada línea media, algunas sanciones comerciales a Taiwán además de romper acuerdos con Estados Unidos en materia de defensa y cambio climático.
El sigilo del dragón podría no ser del todo sigiloso, pero la demostración de poder de fuego sí parece real y amenaza la estabilidad económica y la paz mundial.