Por Manuel Ramos
MSFS, AEP, CHFC, LUTCF, CFS, CES, CIS
Economista, Analista y Gestor de Inversiones
De los 1.9 trillones que se destinarán en el Plan de Recuperación Americana, 70, 000 millones irán directamente a las escuelas. 130, 000 millones van directamente a los municipios, otro tanto a familias con hijos menores de 6 años. Estas disposiciones son parte del paquete de rescate firmado ya por el presidente Joe Biden, que, por cierto, se adelantó un día. ¿Esto debería darnos el aliciente de que tenemos un presidente que está en acción y quiere que esta acción del Estado sea favorable?
Desde la recesión de septiembre de 2008 y posteriormente con la llegada de la administración de Trump, donde la deuda de Estados Unidos creció 15%; la locomotora de la deuda se desbocó y ha alcanzado cifras récord, superando incluso la deuda de países enteros juntos, como Rusia, China, México, Alemania y Reino Unido. Llamada una deuda insostenible desde 2020, la pandemia y otras causas que tienen que ver con darnos más de lo mismo, la andante locomotora nos ha llevado a que en la nueva normalidad, sigamos viendo cómo se aplican políticas monetarias que en el largo plazo afectarán directamente a millones de personas; comenzando por los propios habitantes de Estados Unidos, que enfrentan tanto el reto de fortalecer la infraestructura del país, como la reforma migratoria, que por ahora con este nuevo Plan de Recuperación deja a los trabajadores indocumentados lejos de beneficiarse.
El razonamiento parece ser: la economía postpandemia está en recesión, todavía está siendo dañada y necesita de mayor infusión de capital deuda. Así que Estados Unidos se enfrasca en imprimir más dinero y los 1.9 trillones de dólares que se inyectarán al circulante; pero, así como tiene un resultado favorable para la economía real en el corto plazo, en el largo plazo sabemos que esta inflación y el sobre endeudamiento del país, también tienen sus consecuencias.
De hecho, J.P. Morgan, Banco de América, Citigroup, entre otros, anunciaron recientemente que están inundados de dinero y ese dinero es precisamente de los paquetes de rescate fiscales que se otorgaron tanto a la pequeña como a la mediana industria. Todo esto, al final de cuentas, tiene un efecto nocivo e inflacionario y son impuestos que afectarán obviamente a todos los estratos sociales de los Estados Unidos, así como a sus vecinos más cercanos, México y Canadá.