Por Manuel Ramos
MSFS, CHFC®, AEP®, LUTCF, CFS, CES, CIS
La sombra de las pandemias y sus históricas devastaciones socioeconómicas pueden ser tenebrosas. Pero se teme a lo que se desconoce y la historia enseña que ignorarla, nos condena a temer y repetir errores al desaprovechar el espíritu de nuestro tiempo.
En el siglo XXI, varias propagaciones de virus han puesto en jaque a la salud mundial. Entre 2002 y 2003, el SARS o Síndrome de Respiración Aguda, mató a cerca de 800 personas en Asia. En 2009, la gripe AH1N1, segó 18,000 vidas, el ébola en África, los temidos virus transmitidos por mosquito como el dengue, el zika y la chikunguña en América Latina, son pandemias que indudablemente transformaron a las sociedades en su tiempo, y, podría asegurarse que han sido de gran influencia en el curso de la historia, desde la antigüedad hasta hoy:
La Peste de Justiniano
La Peste de Justiniano I, el Grande, es la primera peste letal conocida. Originada en 541, en Etiopia, arrasó Pelusio, Egipto, y en el año 542 atacó Jerusalén, Antioquia y Constantinopla. Aniquiló a 25 millones de individuos en la época del Imperio Romano de Oriente.
La Peste Negra
A mediados del siglo XIV, surgió la Peste Negra o Bubónica, bacteria mortal transmitida por las pulgas alojadas en las ratas. Murieron entre 45 a 75 millones de individuos en el mundo, diezmando a más de un tercio de la población de Europa.
La gripe española
Durante los últimos meses de la Gran Guerra (1914-1918) se registró el primer caso en Oklahoma, Estados Unidos. Fue bautizada como “La madre de todas las pandemias” e infectó entre 10 y 20 % de la población mundial. Según la OMS, hubo más de 500 millones de contagios y aniquiló entre 20 y 50 millones de personas.
La Viruela
Se cree que se originó en India o Egipto hace 3.000 años y en promedio causó el 30% de la mortandad mundial desde entonces. Afortunadamente, es uno de los virus erradicados a través de la vacunación. En el siglo XVIII, Lady Montagu hizo observaciones fundamentales en Turquía y 100 años más tarde, Edward Jenner probó su eficacia. El último caso conocido de viruela se reportó en África en 1977, fecha desde la que el virus se considera exterminado.
La gripe asiática
El virus de la gripe A (H2N2) de origen aviar brotó en 1957 y en cuestión de meses se propagó por el mundo. Registrado en la península de Yunán, China, esta pandemia causó un millón de muertos en el planeta.
La gripe de Hong Kong
La gripe de Hong Kong, variación del virus de la influenza A (H3N2) registrada en 1968, se expandió por el mundo con un patrón cercano al de la gripe asiática. Se estima que la nueva cepa de gripe causó también un promedio de un millón de muertes.
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)
Una de las pandemias más conocidas por la sociedad es la del virus del VIH o SIDA. En 1981, se conocieron los primeros casos y se esparcieron rápidamente por el mundo. Se cree que su origen fue animal y sus efectos son el agotamiento del sistema inmunológico. El virus no es letal, pero sí sus consecuencias al dejar al organismo sin defensas contra otras enfermedades. Su contagio se produce por contacto con fluidos corporales. Se calcula que el VIH ha causado un promedio de 25 millones de muertes en todo el mundo.
COVID-19 y sus repercusiones
Más que un virus que se propaga fácilmente y multiplica la cantidad de contagiados y fallecidos, el COVID-19, es una guerra de bioseguridad que ha provocado una crisis socioeconómica sin precedentes. Sus efectos y la incertidumbre respecto a cómo continuarán perturbando, mantienen en expectativa al mundo. Al estar redactando este artículo, COVID-19 ha cobrado la vida de más de 5 millones de individuos y han habido más de 246 millones de contagios, según la Universidad Johns Hopkins.
El cese parcial de las actividades industriales ha sido un respiro temporal para el planeta en términos medio ambientales, pero en un contexto de crisis local y mundial, el impacto alcanza a todos los sectores de la economía:
Caída de mercados financieros
La caída de un promedio del 40% de los índices de precios y cotizaciones de Wall Street, entre febrero y marzo de 2020, marcó un parteaguas para la historia financiera y económica de los Estados Unidos y el mundo. Como resultado de los confinamientos inducidos por los estados, una impresión monetaria masiva ligada a los paquetes de rescate fiscal, la economía manifestó un elevado umbral de desconfianza sobre la estabilidad del dólar, un incremento excesivo de los márgenes de volatilidad de los mercados, afectando las cadenas de suministros, lo cual devino en un “Shock de la Oferta” y aumentó la demanda a niveles récords. ¿Cuál fue la consecuencia? Un desfasaje entre la oferta y demanda, acompañado de una devaluación del dólar y un aumento del índice de precios al consumidor, el cual ronda en el 5.4 % promedio anual.
Desempleo
El gran confinamiento causó la pérdida de millones de puestos de trabajo. Pese a que el entonces presidente Donald Trump buscó evitar los confinamientos estrictos para mantener la actividad económica, la tasa de desempleo se disparó a 14.8% en abril de 2020, cifra no vista en el país en más de 50 años. Seis meses después, se redujo a 6.9% y actualmente el paro oscila en 5%. Aunque se conciba como un dato positivo, las complicaciones persisten, lo que ha llevado a Joe Biden a implementar medidas extraordinarias.
Impresión de dinero y Programas de rescate
Para recuperar la estabilidad económica, se imprimieron miles de millones de dólares, con la consecuente devaluación de la moneda. El presidente Biden anunció una inversión de 1.2 billones de dólares para obras de infraestructura y así crear miles de puestos de empleo y financiar programas de rescate de diversas actividades y sectores:
• Préstamos a Pymes. Al reducirse la circulación de personas y el consumo, las pequeñas y medianas empresas son las que más padecen. La SBA (Small Business Administration) otorgó préstamos de largo plazo con bajos intereses para paliar la situación, de hasta un millón de dólares.
• Protección de pagos de nómina (PPP). El préstamo PPP tuvo como objetivo financiar costos de nómina, incluidos pago de hipoteca, alquiler, servicios públicos y los costos de protección del trabajador relacionados con COVID-19. Términos del préstamo: 5 años con una tasa de interés del 1%. El primer estimulo fue condonado al 100%.
• Subsidio por desempleo. De los más de 22 millones de empleos perdidos en Estados Unidos, todavía quedan más de 8.4 millones por recuperar. La cifra de desocupación se disparó rápidamente al 14.8 % en abril de 2020, desde entonces ha venido bajando hasta 4.6% al cierre de octubre 2021. La cifra histórica de solicitudes por subsidios por desempleo fue de alrededor de 6.6 millones.
• Postergación de Desalojo. El ejecutivo firma una orden judicial para evitar los desalojos de más de 7.5 millones de inquilinos y evitar que 2, 100,000 dueños de propiedad atrasados en el pago de sus hipotecas entrasen en ventas forzadas.
• Retiro de fondos de jubilación. En 2020, se otorgó una excepción a los trabajadores con planes de jubilación individual o empresarial para hacer retiros de hasta USD $100,000 sin el pago de penalidades y una extensión de 36 meses para regresar los fondos a sus planes (rollover), sin el pago de impuestos sobre la renta.
• Crédito por niño (Child Tax Credit). Por primera vez se ofrece en efectivo el crédito fiscal por cada hijo. Para cada hijo con edad de 1 a 6 años, los padres reciben $300 mensuales y para hijos de 6 a 19, $250. La administración Biden ha hecho gestión para hacer permanente este crédito en efectivo para los contribuyentes.
Conclusión
La actual crisis provocada por la pandemia llegó en un momento donde el escaso crecimiento de la economía mundial ya era latente. El virus aceleró la caída del producto interno bruto mundial. La geoeconomía experimentó una caída equivalente a la depresión económica de los años 30’s, y la de posguerra de los 40’s. El resultado es que los países menos desarrollados han quedado en un contexto de total fragilidad y un aumento vertiginoso de la pobreza.
El impacto socioeconómico del COVID-19 no pasa inadvertido en ninguna región. Es un paradigma histórico de la humanidad y las réplicas de este gran tsunami financiero, social y económico, continuarán incluso más allá de la Agenda 203o.