Por Manuel Ramos
MSFS, AEP®, CHFC®, LUTCF, CFS, CES, CIS
La confianza del consumidor estadounidense volvió a caer en el mes de febrero. Una buena noticia para los mercados financieros y la disminución se concentró entre los hogares con un ingreso anual promedio de 35 mil dólares o más. Y aunque se mostraron más optimistas sobre el mercado laboral, las noticias que se mostraron a través del Departamento de Estadísticas y del Trabajo de Estados Unidos, el Conference Board arrojan que su Índice de Confianza del Consumidor cayó 102.9% en febrero, desde los 106% que marcó en enero. Los economistas entrevistados por Reuters, dicen que habían pronosticado que este índice en lugar de haber retrocedido, estuviera en 108.5%.
La encuesta pone énfasis en el mercado laboral, que continúa muy ajustada. Esta disminución reflejó grandes caídas en la confianza de las personas entre 35 y 54 años y nos da una señal de que entramos en una zona de pesimismo, pues esta es la fuerza laboral estadounidense y aquellos hogares que ganan 35 mil dólares o más, ya que cuando analizamos esa perspectiva de que se entra en la zona de pesimismo, quiere decir que el mercado está recibiendo una noticia buena, mientras que obviamente los de a pie, no me refiero a Wall Street, están recibiendo una noticia negativa.
Pero al entrar en esos procesos también hay que entender lo que se busca, los efectos de los incrementos de la tasa de interés, es decir, la deflación de mercados y todo lo que hemos vivido, que trae una falta de confianza, por ejemplo, de seguir gastando. ¿Y qué es lo que se está buscando? Pues que la inflación vaya cediendo a un ritmo mucho más rápido que lo que ya estamos viendo hasta ese momento.
Sin embargo, al cierre del mes de enero tuvimos 517, 000 personas en nuevos puestos de trabajo, al igual que la información que tuvimos acerca del incremento de los precios, es decir, la inflación subyacente en los Estados Unidos, creció ligeramente.
No dejo de pensar que la proporción de empleos que los consumidores consideran como abundantes, aumentó de nuevo a esos niveles, pero vistos en la Primavera boreal del año pasado, es decir, son estadísticas que vienen de año a año de trimestre a trimestre de mes a mes.
Que, por cierto, tienen que cambiar las medidas de expectativa de lo que es el coste de vida o lo que llamamos los efectos de la inflación mes tras mes, ahora a términos trimestrales ¿Por qué? Porque puede haber mucha variación en los datos que recibimos mensualmente; por eso se plantea extender el periodo, y dentro de estos ajustes, está incluso la redefinición de la recesión, ya que mientras que el año pasado hubo una recesión técnica, al haber contracción del P.I.B. por dos trimestres consecutivos, no hubo una declaración de la misma debido a que los datos del Índice de Desempleo se mantuvieron relativamente estables durante ese periodo, lo suficiente como para justificar el silencio de la recesión.