Por Guillermo Descalzi
Escritor, Periodista y Antropólogo

El país más rico es el país más endeudado del mundo y cada día se endeuda más. ¿Quién pagará lo que se debe? La posición republicana es que lo paguemos los de nuestra generación, y que reduzcamos los gastos hasta llegar a un presupuesto balanceado en el término de una década o menos, empezando este año.

Desde este jueves el país ya no tiene dinero para pagar sus deudas y la Casa Blanca acude nuevamente al Congreso a pedir que le suban “El Techo” de la deuda, para prestarse más, para que le permita endeudarnos más.

La deuda es, redondeando, de 31 trillones con 200 billones, 830 millones. Y nos prestamos 45,486 dólares por segundo. Olvídense de billones, los billones ya no sirven en esta cuenta y estamos en ruta a convertirnos en el primer deudor de un cuatrillón en el mundo.

Ahora: el Drama en Washington

Los republicanos de la Cámara de Representantes insisten en recortes masivos del gasto público para elevar el techo de la deuda, los demócratas se niegan a aceptar la idea y no hay ni siquiera un indicio de arreglo. Esto garantiza un estancamiento de meses, que estará a punto de sacudir los mercados financieros en medio de la continua preocupación sobre una recesión, y no es difícil imaginarla.

Microsoft acaba de anunciar el despido de 10,000 empleados. Google, por medio de su empresa matriz, anuncio 12 mil despidos más, y Twitter ya despidió unos 8 mil hace no mucho. Janet Yellen, la Secretaria del Tesoro, para que el país que no se quede sin liquidez, suspendió los depósitos en los fondos de jubilación y espera que republicanos y demócratas se pongan de acuerdo para evitar una crisis masiva…

El extremo derecho del partido republicano, el que ahora manda en la Cámara, piensa que esta batalla le beneficiará políticamente y que no habrá consecuencias.

La Casa Blanca está trabajando con republicanos moderados, pero estos tienen mucho que perder si colaboran con los demócratas. Lo lógico para los moderados, la mayoría en el partido, seria entrar en un arreglo con los demócratas, pero el poder que McCarthy le ha dado a los extremistas del partido se lo impide, y, además, si los moderados ceden, esto significaría su fin en las próximas primarias. Allí está el ejemplo de Liz Chenney.

La decisión inicial de Biden es de no negociar esto con los republicanos, y ultraderecha republicana sencillamente se empecinará más en recortar los gastos del seguro social y el medicare, y habrá un serio impase. El techo de la deuda fue parte vital del acuerdo que McCarthy negoció con sus oponentes ultraconservadores para llegar a la presidencia de la Cámara de Representantes, y aceptó no levantar el techo de la deuda a menos que se reduzca un mínimo de 130,000 millones de dólares de gasto federal.

Los demócratas sostienen que los recortes de gastos deben negociarse en el marco del presupuesto y no sobre la deuda, que pagar sus deudas es un deber, y esto parece asegurar una gran batalla que afectara tanto a los mercados como a la contienda presidencial del 2024.

Los republicanos están presentando un plan específico, una priorización de pagos que permita que el gobierno siga pagando sus deudas mientras negocian el resto. Ese plan es controversial. ¿Cómo decirles “a ustedes si les pago y a ustedes no”? El Freedom Caucus quiere equilibrar el presupuesto, ya se dijo, en los próximos 10 años o antes, y hay que tomarlos muy en serio en una Cámara de Representantes prácticamente secuestrada por ellos.

Mientras tanto, la pelea va a hacer que se ponga en duda la validez de los bonos de la deuda americana, que suelen considerarse los más seguros del mundo, y sostienen el sistema financiero de todo el Occidente. El pago de la deuda nacional está, además, estrechamente vinculado al crédito y las hipotecas locales, aquí en el país. Es decir, suspender el pago de las deudas afectará, literalmente, a todo el mundo.

Esto haría feliz a Putin, y es extraño que la extrema derecha este jugando con algo que sería un regalo para él. El Plan de Pago aparte, el techo de la deuda es una batalla política crítica para Kevin McCarthy, el líder de la mayoría, líder por sólo 5 votos, nada más. Incluso los legisladores que lo consideran amigo predicen que el enfrentamiento no terminará bien para él.

“Le costará el puesto a Kevin”, ha dicho la senadora Kyrsten Sinema. Por último, ¿hay algo que McCarthy pueda hacer en los próximos dos años que le cuente como éxito en su papel de líder? Lo más importante es lograr que el país no declare su insolvencia, y el reto de McCarthy es la falta de confianza que le tiene el reducido y beligerante Freedom Caucus en cualquier negociación que haya.

Parte del cálculo del Freedom Caucus parece ser la suposición de que alguien llegará a encargarse de resolver esto. Es lo que vimos el 6 de enero del 2021, ¿Quién resolvió eso? No fueron ellos, fue Mike Pence, el vicepresidente, que salvo la situación rehusando apoyar la nulidad de la elección.

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