Por Manuel Ramos
MSFS, AEP®, CHFC®, LUTCF, CFS, CES, CIS
El año 2022 se considera ya uno de los peores la historia financiera y económica de los Estados Unidos, pero siempre sabemos que las crisis traen una perspectiva, una nueva ola de ambiente, un paradigma económico y financiero que debemos aprovechar, porque toda crisis representa y manifiesta una tremenda oportunidad, sobre todo en los mercados financieros. 2023 ha tenido un buen arranque para los mercados, Wall Street ha tenido un buen desempeño durante estos primeros días de enero y la tasa interanual de inflación continúa descendiendo en el mes de diciembre por sexto mes consecutivo, situándose en 6.5%.
La esperanza de muchos inversores es que esta bajada de inflación lleve a la Reserva Federal a suavizar su agresiva política de subida de los tipos de interés, pues algunos analistas temen que pueda conducirnos a una recesión si no hay cambios.
Por otra parte, considero que hay un proceso des-globalizador, la globalización ha sido un proceso donde el mundo se está haciendo más pequeño, pero hay más división; Estados Unidos había vivido por años por años un efecto de inflación muy baja por la globalización, es decir, traer productos de otros países a precios muy bajos. Pero ahora con la guerra Rusia Ucrania y la recesión del COVID-19, ustedes recordarán en febrero 12 a marzo 23 del año 2020, comenzamos a vivir no solamente una cuestión de riesgo de bioseguridad a nivel global, sino también una guerra de petróleo y Rusia contra los países árabes productores de petróleo (OPEP), contra los Estados Unidos que muy pocas personas notaron esto, además un impacto en el sector inmobiliario y el efecto de la manipulación, la guerra fría con China, definitivamente está trayendo situaciones adversas en cuanto a la cadena de suministros, de la cual ha dependido en gran medida el efecto de la globalización.