Comutalismo en Crisis

Por Guillermo Descalzi

Ya Rusia nos dio una sorpresa. Habíamos aplaudido su apertura al final de la era Soviética, y el Occidente le abrió los brazos. Años después el entonces presidente George W. Bush dijo haber visto el alma de Putin y que le había gustado. Debe haber visto torcido, porque la sorpresa que nos dio Putin en Ucrania no sólo es mala, también es fea.

Ahora viene la sorpresa China. Aplaudimos su apertura al capitalismo, y tanto nos dejamos llevar por eso que ahora el mundo entero depende del comercio chino. Hoy, con la China entrando en dificultades económicas, su poder es tan grande que necesariamente impactará al resto del mundo, y, como en el caso de la sorpresa rusa, la china parece que será no solamente mala para todos, también puede ser fea particularmente para los chinos.

Hay revueltas en ciudades chinas, y no sólo por estar hastiados con las restricciones del COVID. Es, más profundamente, por el absolutismo de Beijing, el mismo que no sabe manejar una economía de consumo…y es que el consumo no se maneja desde arriba, lo maneja cada uno en su casa. China comunista se metió al club capitalista y se volvió Comu-talista. El Comutalismo chino ahora sufre del encuentro de dos sistemas hasta hoy incompatibles y eso es lo que atiza la colera de su gente hastiada por el COVID. Por un lado, tienen libertad de consumo, por el otro ordenes de comportamiento.

Se preguntan cómo manejar su capitalismo. Malas noticias, al igual que el consumo, al capitalismo no lo maneja entidad central alguna. Es, en el fondo, manejado por muchísimas entidades. Me recuerda una frase de Mao “Let a thousand flowers bloom”, dejen que florezcan mil flores. China tiene ciudades exhaustas por un cierrapuertas draconiano de tres años, y también tiene la recesión de su capitalismo en un régimen comunista. Era de esperarse. Ese híbrido Comutalista está enfrentando su propia unión.

El efecto de la respuesta al COVID en la China nunca ha sido tan claro: La restricción restringe…Las restricciones son mal vistas en los mercados de valores, y en la China, con su “stock”, sus acciones en la Bolsa en el nivel más bajo en 13 años quizás tengan que imponer restricciones. Mientras tanto el capitalismo y el comunismo apuntan mutuamente al otro como el culpable. La población se queja de encierro por el virus, y el comunismo se queja de falta de disciplina en un pueblo que se ha acostumbrado al capitalismo, al ingobernable capitalismo.

El remedio del capital: Laissez faire, dejar ser, que las cosas se enrumben por sí mismas.

¿Más Comutalismo? Por allí se orienta la solución, pero tendrán que resolver su contradicción interna. Mientras tanto, el pueblo se tejió ideas de “occidentalización económica”, y quizás… ¿Por qué no soñar?, de una liberalización social… Mientras tanto, para controlar su economía…  ¿Será necesario que el gobierno reprima un poco?

El remedio del Comité Central: el control. Se viene un choque de ideas, ideas sobre lo que remediará la economía China.

La ingobernabilidad del capitalismo la llevó a la crisis inmobiliaria que empezó con Evergrande, la segunda inmobiliaria más grande del país y desarrollador más endeudado del mundo… y las dos ideas del remedio para sus problemas son contradictorias: Que el mercado se las arregle, y que el Estado controle.

Un dragón herido

El Golden Dragon Index, el índice del Dragon Dorado ha caído 40% en este año, según datos de diversas publicaciones económicas. El índice Hang Shen vale lo que valió en el 2009. Se fue, se esfumó el crecimiento de 13 años. El fondo de inversiones de JP Morgan en la China ha caído 45%, también en tan sólo este año, y la nueva aparente “inquietud social” no se presta a una recuperación de la confianza en el mercado. No, la situación está fea.

A mediados de abril se cerró Shanghái. Su tasa de desempleo juvenil en julio era de 19,9%, 20% para redondear. El tránsito de mercancías por carretera en la semana del 20 al 26 de noviembre fue 33% inferior al del año anterior. El Banco Central ha anunciado un recorte de las reservas obligatorias para los préstamos. Los tecnócratas están intentando darle confianza al mercado inmobiliario, mientras los acreedores de China Evergrande Group han solicitado a su presidente a que ponga de garantía nada menos que dos mil millones de dólares de su patrimonio personal para poder negociar una reestructuración de la deuda más grande del mundo inmobiliario.

Las cosas no se ven bien a corto plazo en el mercado chino, y el problema de esto para el Occidente es que frena el ritmo de la recuperación en el resto del mundo, enfrentándose ahora a dos tumultos “mellizos” en la tierra, los de Rusia en Ucrania y China en su mercado y sociedad.

Lo de Ucrania terminará cuando Putin sienta profundamente y se dé cuenta de su debilidad. Lo de China… sus perspectivas cambiarán cuando sus políticos resuelvan su Comutalismo en crisis.

La China y Rusia estarán lejos geográficamente, pero los efectos de sus crisis mellizas seguirán con nosotros en el año por venir. Mientras tanto, los gobiernos de tanto Rusia como Beijing, con su presión en aumento, acabarán perdiendo algo del control que creen tener. La otra posibilidad es demasiado, fea para contemplar… pero, a fin de cuentas, para la China, este escritor apuesta por un Comutalismo bonito cuando resuelva sus contradicciones.

Comutalismo en Crisis, Guillermo Descalzi, 2022. Programa radial 1020 AM KTNQ Cara a Cara con las Finanzas, diciembre 03, 2022; blog https://todoenfinanzas.us, diciembre 07, 2022.

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