Por Lilian Ramos
Asesor Financiero, Conferencista y Escritora
La infidelidad en cualquier forma deja daños irreparables en una relación. Podemos asociar esta verdad a todas las relaciones que tienen un bien común, como una sociedad de negocio, entre parejas o matrimonio y grupos de personas donde se depositan confianza y recursos económicos.
Sólo de escuchar la palabra “infidelidad” nos da coraje y altera los nervios, ¿cierto? Una persona infiel ha violado la confianza de sí mismo y la de las personas que han creído en ella. El dolor que eso trae a una relación es tal que podría ser mortal, especialmente dentro de una relación seria.
Pero la infidelidad no es sólo relacional, sucede también con el dinero y las consecuencias son igual de graves. Me refiero concretamente a ocultar la verdadera situación financiera a su pareja antes y durante el matrimonio.
¿Qué significa esto y cuáles son las consecuencias que implican a la seguridad de la familia?
Esta situación es muy frecuente entre parejas. Imagine estar dentro de una relación seria y ocultar una mala situación financiera o crediticia, esto podría provocar que muchos de los objetivos económicos quedaran arruinados.
Para citar un ejemplo, usted desea adquirir una vivienda y piensa contar con la ayuda de su esposo para adquirirla, pero se entera por el banco que el préstamo ha sido negado porque él debe mucho dinero en tarjetas de crédito y dejó de pagar algunas de ellas, por tanto, su crédito está arruinado. Esto sucedió antes del matrimonio, de acuerdo, pero lo ocultó; y eso atenta contra la confianza depositada en él.
Las cosas son más serias cuando durante el matrimonio alguno de los dos por sus malos hábitos de consumo adquiere deudas mas allá de sus posibilidades, algo muy común en compradores compulsivos, y para no dañar su crédito debe destinar la mayor parte de sus ingresos para pagar deudas o estas simplemente son tan grandes que no se pueden pagar, arruinando el crédito de ambos porque se usaron tarjetas de crédito de responsabilidad compartida. Si toma este tipo de decisiones y miente, entonces es infiel. No se conduce con la verdad y afecta los intereses de otros.
En el caso de los negocios familiares que tienen responsabilidades legales, cuando uno de los socios está afectando la administración y haciendo mal uso de las finanzas, está dañando a los demás interesados, tal vez sus licencias profesionales, su crédito, problemas con impuestos, que pueden traer graves consecuencias. Apóyese de profesionales que ayuden con la administración de los números, es mejor pagar por los servicios de un asesor, los errores son más caros.
En estos tiempos, así como se acostumbra a pedir a la nueva pareja que se practiquen exámenes médicos para asegurarse que ambos estén libres de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, es muy importante también correr un reporte de crédito antes de casarse para conocer la situación financiera del otro y no sólo eso, sino monitorearla cada año para asegurarse que todo está bajo control y evitar sorpresas.
Infidelidades financieras más comunes
Hay muchos ejemplos de infidelidad financiera, que dañan los propósitos de pareja, de familia, e impiden establecer un vínculo de confianza.
- Ocultar las deudas que tenía antes del matrimonio. Claro que va a afectar los ingresos de su nueva relación, porque tomará dinero para pagarlas y su actual pareja no se benefició con lo que compraste. ¡Deudas sobre la mesa! Transparencia, así podrán organizarse mejor.
- Cuentas escondidas. Cuando alguno o los dos tienen su guardadito que no quiere compartir, y hasta esconde las pruebas de ese dinero como el estado de cuenta. Tal vez para abrir esa cuenta o inversión lo hizo diciendo que era soltero. Mentira sobre mentira. Es INFIDELIDAD FINANCIERA.
- Deudas ocultas. Pero, aclaremos un punto antes: las deudas son personales, a menos que los dos estén dentro del trámite. Si están casados en propiedad mancomunada y uno de ellos tiene deudas de tarjetas de crédito y no hace responsablemente los pagos, el crédito que se va a afectar es sólo de una persona, a menos que los dos estén en el trámite. La infidelidad también se da al usar el ingreso de una sociedad mancomunada para pagar una deuda personal oculta.
- Compras a escondidas. Cuando se compra esa blusa y la esconde, o la herramienta que sabe que a su esposa le va a molestar porque cree que gasta mucho en eso. Son pequeñas mentiras, pero se van acumulando y crean un ambiente de desconfianza en la relación.
Lo propio, lo ajeno y lo nuestro
Es tiempo de unir las cuentas. Nada separa más un matrimonio que decir: “Tu dinero y mi dinero”. A menos que exista un contrato prenupcial que especifique que cada ingreso es propiedad separada, entonces sí, cada quién sus cuentas. Pues cuando tenemos bienes antes de casarnos estos se consideran propiedad separada y si estos negocios o bienes generan un ingreso económico este ingreso también se considera separado.
Por ejemplo, si el esposo compró una casa con las rentas de unos condominios que tenía antes del matrimonio esta nueva casa es propiedad separada, aunque estén casados, a menos que se una la esposa en el titulo convirtiéndolo en mancomunado. Al tener cuentas mancomunadas tienen que rendirse cuentas.
Las herencias y regalos que reciben esposo o esposa por cuenta propia son propiedad separada. Lo que se considera en común es lo que están haciendo a partir del día de la boda por el civil. Si usted no está casado y todos los bienes se están comprando a nombre de una sola persona esta será el dueño absoluto de todo.
Planeación en conjunto
Al momento de crear un presupuesto y contabilizar los ingresos y gastos, con toda fidelidad y honestidad, se podrá llegar a un punto de acuerdo en beneficio de todos. Es necesario diseñar un plan y trabajar juntos en familia, y por supuesto incluir al resto de integrantes. Manejar con transparencia nuestras finanzas permite establecer un presupuesto familiar y analizar la capacidad de ahorro. Recuerde que diversificar e invertirlo requiere de un asesor financiero que ayude a multiplicar su dinero.
La comunicación es muy importante, platiquen y hagan acuerdos. No teman hablar de dinero con su pareja, háganlo de forma amistosa y con el fin de ayudarse mutuamente. La infidelidad financiera es causante de grandes problemas dentro de las sociedades y los negocios. Cuando uno de los socios está faltando a la confianza y acuerdos legales establecidos dentro de una corporación la mala administración y las mentiras llevan a bancarrota al matrimonio y ese negocio. Además de afectar la relación personal, por principio. Por eso el dicho “CUENTAS CLARAS AMISTADES LARGAS”. Esa es la idea, llevar una buena administración de los números en términos cordiales.
Haciendo una encuesta entre algunas parejas de diferentes generaciones, pudimos encontrar que los jóvenes comúnmente manejan sus finanzas abriendo una cuenta en común donde se deposita parte del ingreso de ambos para cubrir las responsabilidades compartidas como la renta o hipoteca, gastos de los hijos, comida, seguros, etc. Y otra cuenta privada o independiente para administrar sus gastos personales como ropa, gasolina, estudios, entre otros. Mientras ambos cumplan los compromisos mutuos entonces tienen más libertad financiera de administrar su dinero aparte. Esto sucede cuando ambos tienen la oportunidad obtener sus propios ingresos.
Otras parejas de edad avanzada han manifestado que la confianza entre ellos en la administración del patrimonio ha sido esencial para salir adelante como un equipo familiar, la mujer cuida al máximo el ingreso de su esposo, estira lo mas posible el gasto para cubrir los costos de vida y además tener un ahorro que siempre saca de apuros a la familia. Además, no están muy de acuerdo en separar los ingresos.
Trabajar con éxito en el equipo familiar para lograr las metas financieras requiere transparencia y fidelidad. De otro modo, el dinero es uno de problemas que terminan con las relaciones de sociedad y en divorcio. La fidelidad financiera es esencial, saber que se puede confiar en los demás nos da paz mental y motivación para dar lo mejor de nosotros mismos en todo momento y prosperar.
