Crisis Energética, Mayor Inflación

Por Manuel Ramos, MSFS, AEP®, CHFC®, LUTCF, CFS, CES, CIS
y Juan Barrón, Escritor y Editor

¿Por qué el petróleo es el rehén de las guerras?

Un mundo sin energía es un mundo sin poder. Cuando rastreamos todos los niveles de vida e intercambio de una nación desde su industria, comercio, órganos públicos, atención médica y sanitaria, hasta las actividades necesarias como cocinar, la calefacción, el agua caliente, las de entretenimiento, todo se altera a raíz de una crisis energética.

Una crisis energética distorsiona el coste de vida, las naciones diezman su capacidad productiva, la actividad comercial se contrae y aumentan los precios de servicios básicos, creando una espiral inflacionaria. Por eso, el Estado y sus administradores buscan desarrollar legislaturas que promuevan la inversión en infraestructura de energía verde o fuentes alternativas para sustituir el combustible fósil no renovable: petróleo, carbón, gas natural y sus múltiples derivados.

Preámbulo

Además de situaciones como la inestabilidad política, los conflictos armados repercuten también en los niveles de producción creando desequilibrios entre la oferta y la demanda. Desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días, los Estados luchan por el poder, dominio y control de recursos energéticos que puedan ser utilizados como parte de las negociaciones de guerra o conflicto.

Un ejemplo de ello, fue la crisis del petróleo de 1973 (1), donde por motivos geopolíticos en Medio Oriente, el cártel de la OPEP influyó en la venta del crudo manipulando el mercado mundial casi hasta el fin de la década.

La Revolución Iraní, en 1979, y la Guerra del Golfo Pérsico en 1990 fueron el caldo de cultivo para el estallido de conflictos armados, teniendo como rehén principal al petróleo.

Pero no sólo los conflictos armados han creado crisis energéticas en el mundo, en las últimas décadas, los fenómenos asociados con el clima, como la Niña y el Niño, huracanes, terremotos, sequías, etc., han afectado la producción energética y puesto en relieve la fragilidad del suministro regular de energía.

Otra variable que causa una crisis energética son políticas de control de mercado por parte de los carteles que impiden que el mercado por sí mismo autorregule los precios, lo que inhibe la producción, por tanto, viene el desabastecimiento.

Actualidad geopolítica

En estos términos, la escalada de tensión que derivó en la invasión de Rusia a Ucrania ha puesto en jaque el futuro de los energéticos fósiles. Esto tiene connotaciones directas con el petróleo y el gas natural ruso que abastece a Europa principalmente. Rusia es el tercer mayor productor de petróleo del mundo después de EUA y Arabia Saudita.  

La invasión rusa a Ucrania ha devenido en un conflicto que trasciende fronteras y que está impactando en Europa, Estados Unidos y en cientos de países. Lejos de culminar, es otra crisis que surge de manera imprevista en un contexto complicado y que nuevamente perjudica el escenario político, económico-financiero y social. La grave crisis energética que se acerca, los castigos y limitaciones que muchos países están imponiendo a Vladimir Putin traen severos inconvenientes.

Concretamente, la demanda del energético obliga a las naciones a importar gas y petróleo de países con menores capacidades e infraestructuras para la producción y distribución, resultando en un mayor coste para satisfacer la demanda.

Todos los factores descritos ocasionan que la inflación siga en aumento; en Estados Unidos, España y otros países ya es récord en los últimos 30 años (2). Así, la producción se ve muy afectada y caen tanto el poder adquisitivo como la actividad económica. La gran incertidumbre respecto a qué sucederá en el corto y mediano plazo agudizan la crisis y el nivel de desconfianza con el sistema financiero. No obstante, el petróleo es uno de los recursos más esenciales en todo el mundo y la prohibición a Rusia de seguir exportándolo está provocando una situación muy delicada.

La guerra entre Rusia y Ucrania y… ¿una nueva crisis del petróleo?

Por todo lo descrito, los especialistas se refieren a la actualidad como algo muy similar a la crisis de petróleo que se desencadenó en 1973. En dicho periodo la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo y Túnez, Egipto y Siria decidieron dejar de exportar a las naciones que habían apoyado a Israel durante la Guerra de Yom Kipur.

Esta medida provocó un aumento del precio del petróleo (se multiplicó por 4) (1) y, también nació la Era Inflacionaria. Al mismo tiempo, hubo una gran reducción de la actividad industrial y económica. Más allá de los países afectados, la crisis se padeció en decenas de regiones. Se trata, justamente, de lo que está sucediendo actualmente con las restricciones al petróleo impuestas a Rusia. Además, coincide (al igual que en la década de los 70´s) con la polémica decisión por parte de la FED de aumentar las tasas de interés en los Estados Unidos.

Cabe destacar que la diferencia principal entre aquellos años y éste, es que la actualidad exhibe un panorama peor debido a la crisis que ya provocó la pandemia en 2020 y cuyas consecuencias aún continúan latentes en el mundo.

Referencias:

  1. https://www.federalreservehistory.org/essays/oil-shock-of-1973-74
  2. https://www.global.rates.com
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